Una de las cosas que hay que hacer de vez en cuando es mirar de donde venimos para tener claro hacia donde vamos…
Mis inicios informáticos fueron hacia 1985, si no recuerdo mal, cuando por mi comunión me regalaron un Amstrad CPC 6128, equipo que disfruté muchísimo, copiando en él los programas que venían en el manual de usuario para después animarme a crear los míos propios (poca cosa, eso sí). De hecho, me arrepiento muchísimo de haberlo vendido muchos años después.
Apuré el CPC hasta 1992, creo, llegando incluso a conectarle una impresora con un adaptador especial y usando un software ofimático que no ponía acentos para hacer los trabajos del Instituto (poner luego a boli los acentos era la caña); daos cuenta que hablo de una época donde ya estaban los 486 en el mercado y el Wordperfect era el rey desde hacía años. Pero como digo, en 1992 me regalaron mi primer PC, un 484 sx, el cual sustituí con el tiempo por un Pentium MMX 233 para después ir pasando por diferentes equipos clónicos hasta las navidades de 2008, cuando compré mi último PC, que de hecho lo mantenía activo 24 horas hasta hace bien poquito.
En cuanto a Sistemas Operativos, gracias a que la informática en cierta forma crecía conmigo, pude disfrutar de todos los MS-DOS desde la versión 4 y los Windows empezando por el feucho 3.1 hasta el atractivo Windows XP. Era un enamorado de los productos de Microsoft, lo confieso, y me encantaba instalarme las versiones Server de todo para montar algo más elaborado de lo que los productos traían de serie…. hasta que llegó Vista, lo que desde el primer momento consideré (y el tiempo me está dando la razón) el principio del fin de Microsoft…
En todo momento cada vez que oía hablar de Apple no podía evitar pensar en «esos pijos que se compran ordenadores incompatibles con todo». Sin embargo, en 2005 habían empezado a usar Intel y eran compatibles con Windows así que la cosa mejoraba por momentos. No obstante, ese pensamiento de «pringados que tiran el dinero» seguia incrustado en mi mente insconsciente.
Sin embargo, en la Navidad de 2007 algo cambió. Tenia que regalar un mp3 a mi novia (ahora mujer) y dudaba entre 2 modelos: un iPod Nano de tercera generación o un Zune. El Zune era de Microsoft y aparentemente traía más prestaciones ¿Dónde estaba la duda? Pues que no lo vendían en España y no estaba muy por la labor de andar esperando, así que la elección estaba tomada (por fortuna) y el Nano llegó a casa. Y con él descubrí algo que la gente odiaba pero que a mi me enamoró: iTunes. Era perfecto para un obseso del orden informático como yo: carátulas, biblioteca ordenada… era perfecto…
Al poco salió el iPhone, y yo que venía de lejos del mundo de las PDA con Windows Mobile, lo miraba con ojillos pero sabía que no era un producto para mi… aún (al año siguiente compré el iPhone 3G y he tenido todos los modelos desde entonces hasta el iPhone 5, con excepción del 4S), ya que la primera versión estaba demasiado limitada (sí, mucho más que las actuales). Aún así el germen estaba creciendo, y entre los numerosos podcasts que empecé a escuchar y que quería vivir la experiencia iTunes en TODO, ocurrió lo inevitable: a mediados de 2008 me compré un iMac a 2.4 Ghz de la generación de agosto de 2007, que estaba de oferta y desde entonces me he quedado prendado de la manzana.
En el mundo de los portátiles empecé en el 2003 con un clónico que más que portátil era “portable”, pero por aquel entonces no había muchas alternativas si no te querías gastar la paga de medio año. Ese ordenador lo sustituí (aunque sigue en la familia) por un Samsung Q25 en 2006, en el cual vendí a principios de 2009, cuando compré un Macbook alu como complemento al iMac. La colección portátil de la casa se completaba con un UMPC Samsung Q1, del que tengo que admitir que no sacaba apenas partido, por lo que lo vendí en cuanto pude, no sin antes adquirir un iPad y luego otro y otro más (actualmente tengo el de tercera generación y lo exprimo a diario).
Por último añadimos a la colección casera, a finales de 2010, un Mac Mini, al que instale Plex y actúa como centro multimedia de la casa (una autentica gozada), sistema de videoconferencia vía Skype en el salón y que tenia como central de “descargas” (sustituyendo al PC que tenia hasta entonces en dichas labores), hasta hace medio año, cuando adquirí un NAS.
Y es que en 2012 hice el mayor cambio tecnológico que recuerdo en casa. A la llegada del NAS hay que sumar que vendí tanto el Macbook como el iMac y a cambio adquirí un Macbook Air modelo 2012 y un monitor Thunderbolt que no cambiaría por nada del mundo. Es el equipo perfecto y me da todo lo que necesito: rendimiento, rapidez… TODO.
Con semejante historial, ¿cómo no iba a meterme en un proyecto como un GUM?