Un caluroso día de Julio, concretamente el viernes 13, se produjo la primera reunión «oficial» prefundacional de lo que a la postre se convertiría en el Gumcam. Detrás vinieron muchas más antes de tener el Gumcam constituido, pero ese pequeño granito, ese impulso inicial, fue aquel día. El lugar elegido como sede del evento era un colegio de Carabanchel Alto, donde impartía clases Óscar.
Llegué tarde, no mucho, pero si lo suficiente para empezar por los pelos, aunque no fui el único ya que en la puerta pude divisar a lo lejos a Begoña. Allí ya estaban Chema, Philippe, Javier Prieto, alias Javifrechi, Jesús y el propio Óscar, con todo preparado: Chema ya tenía listo el iPhone con su micrófono especial para grabar todo lo que allí sucediera (sé que no os lo vais a creer pero Chema, en aquel momento, ¡GRABABA PODCAST!), Javifrechi tenia sobre la mesa su flamante Macbook Air de 11″ (yo tenia encargado uno de 13, y la verdad es que envidia sí me daba el jodío), Jesús su iPad en mano junto a su macbook negrito ¡de policarbonato! y Philippe y Oscar… creo que papeles (¡puaj!)… Saqué mi iPad de la mochila y tomé asiento. Sólo faltaba Javier Palacios, alias Javierpa, por llegar. Ironías del destino, en una reunión donde la tecnología iba a ser el eje central, ésta jugó una mala pasada a Javifrechi al mandar la ubicación por WhatsApp (¿Alguien se acuerda de cuando WhatsApp existía?) a Javierpa, y le mandó… diría a tomar por… (de distancia, mal pensado), pero como en estas cosas no se pueden decir palabras malsonantes diré, siendo cortés, a un punto alejado del donde debía estar. Por suerte, una llamada telefónica puso las cosas en su sitio y el bueno de Javierpa hizo acto de presencia, jadeante por el calor y la caminata, pero ya estábamos todos, era hora de comenzar.
El primer punto que se discutió fue el ámbito o alcance del club (porque en aquel momento no estaba claro que sería un GUM, iba a ser un club de geeks), pudiendo centrarse en el mundillo Apple o ser más abierto. Tras un breve debate donde salieron a relucir miedos a talibanes windowseros y linuxeros, la decisión fue tomada: ni para ti ni para mi, nombre enfocado a Apple pero temática no únicamente centrada en ella.
El siguiente punto derivaba del primero: ¿Cómo nos llamamos? Tras un no tan corto debate, varias votaciones, más debates, más votaciones, y un par de oca en oca y tiro por que me toca, descartando nombres como Gumpy y otros tantos, y a riesgo de ciertas coñas al respecto, la decisión final fue Gumcam (lo sé… te estoy contando algo que seguro que nunca hubieras averiguado si no te lo cuento aquí).
Con el nombre decidido, había que formar una primera Junta Directiva. Los nombres estaban claros pero faltaba ver qué puestos le otorgaría el destino a cada uno. El primero tenía que ser él de Presidente, y tras los habituales «a mi no me mires», «que buen tiempo hace» y «a qué huelen las nubes», no quedó más remedio que empezar a ponerse serio y que algún pringado aceptara los honores de ser el primer Presidente del Gumcam: sí, lo sé… fui yo. Aún recuerdo el dedo de Begoña señalándome. Con este marrón fuera ya de la ecuación, la cosa se puso fácil, y Philippe aceptó ocupar el puesto de Secretario y Jesús se ofreció para Tesorero, cubriéndose así los puestos que obliga la ley para estas asociaciones. El resto de los allí presentes serían por tanto Vocales (aunque en una reunión posterior se decidió que uno de los vocales, Chema en concreto, se convirtiera en Vicepresidente, que seguro que algún día nos iba a hacer falta).
Ya eran altas horas de la tarde y con todas esas decisiones tomadas, el colegio iba a cerrar, así que recogimos bártulos, nos hicimos unas fotitos de recuerdo y nos fuimos a cerrar los puntos restantes a un bar, que no es ningún secreto que es el mejor sitio para estos menesteres.
En el bar cerramos temas tales como el hosting temporal para alojar la web, el equipo que iba a llevar la web y el pago de pequeñas cuotas iniciales para ir tirando con los gastos básicos de legalización del Gumcam… Sin duda un día histórico e irrepetible. Es un orgullo y un honor haber estado presente y haberlo vivido en primera persona. Sin aquel día nada de lo demás hubiera ocurrido y tu no estarías leyendo estas lineas. Bendito viernes 13 de Julio de 2012…